El tono muscular es el estado de tensión leve, isométrica, permanente, e involuntaria que presenta un músculo esquelético cuando está en reposo, y que varía en función de las actividades motoras voluntarias o según las posturas. Esto requiere la adaptación permanente entre la longitud del músculo y su tensión: lo que significa que se necesitan no solo receptores que analicen la longitud sino otros que ajusten la tensión, lo cual requiere una acción muy coordinada y constantemente armoniosa entre los receptores de longitud y de tensión.
Hay 3 tipos de contracciones musculares: contracción concéntrica, contracción isométrica y contracción excéntrica.
En la contracción concéntrica(A), el vaso se lleva a la boca, el músculo se acorta, la palanca también y la tensión disminuye.
En la contracción isométrica(B), el vaso se mantiene, la longitud y la tensión no varían.
En la contracción excéntrica(C), el vaso se vuelve demasiado pesado, la palanca se alarga y la tensión aumenta
Este es el ejemplo mismo de la regulación automática y permanente del tono muscular: la longitud de las fibras musculares se adapta constantemente a su tensión y, recíprocamente, la tensión debe adaptarse permanentemente a la longitud.
Esto solo es posible porque los músculos poseen receptores específicos que analizan la longitud y, en particular, el estiramiento, y otros que analizan la tensión y, en particular, su intensidad. Lo veremos en otro capítulo dedicado a la anatomía de los músculos y su inervación.
Autor:
El Doctor Guy DUPIELLET, médico, se graduó en la Facultad de Medicina de Cochin en París en 1974 y luego de tres años de estudios en osteopatía estructural de tradición americano-anglosajona, exclusivamente para médicos obtuvo el diploma de especialista en MEDICINA MANUAL-OSTEOPATÍA en 1984 en la Facultad de Medicina de Bobigny (París XIII), que en ese momento era la única que lo otorgaba.
