Otro concepto apasionante es el de la unidad funcional de la columna vertebral en su conjunto, que puede ser considerada como un sistema de 3 palancas interdependientes, tanto desde un punto de vista estático como dinámico.
El esqueleto se considera un conjunto funcional, armonioso, constituido por 3 palancas articuladas entre sí:
- una palanca superior
- dos palancas inferiores
La palanca superior incluye la columna vertebral desde el occipucio hasta el sacro. La primera vértebra es el occipucio, que llamamos C0 y el sacro se considera la última vértebra.
Las dos palancas inferiores están constituidas por los miembros inferiores y su hueso coxal homolateral.
La palanca superior se articula con las 2 palancas inferiores en las articulaciones sacroilíacas derecha e izquierda.
Las 2 palancas inferiores se articulan entre sí a nivel de la sínfisis púbica.
Esta división funcional, muy interesante tanto desde un punto de vista estático como dinámico, nos permite extraer algunas nociones fundamentales.
Desde un punto de vista dinámico, los movimientos pueden ser iniciados por la palanca superior y transmitidos a las palancas inferiores a través del sacro y las sacroilíacas: entonces hablamos de movimientos sacroilíacos, es decir, que parten del sacro en dirección a los huesos ilíacos (comprenderemos su importancia más adelante). En otros casos, los movimientos provienen de las palancas inferiores y se transmiten a la palanca superior; hablamos de movimientos iliosacros: puntos de partida ilíacos y repercutidos en el sacro.
Desde un punto de vista estático, no se trata aquí de hacer un análisis detallado de las fuerzas presentes, esos análisis se han desarrollado en muchos libros. Muy brevemente, se recordará que existen fuerzas descendentes y ascendentes.
La fuerza gravitatoria, descendente, recorre el brazo de palanca superior hacia los dos brazos de palanca inferiores, pasando de uno a los otros dos a través de las dos articulaciones sacroilíacas que permiten teóricamente la distribución equitativa de la carga sobre cada brazo de palanca inferior. Por el contrario, la reacción del suelo, partiendo de los pies, asciende a lo largo de los dos brazos de palanca inferiores hacia el brazo de palanca superior, fusionándose gracias a las sacroilíacas, que la transmiten al brazo de palanca superior. Así pues, el punto de encuentro de estas fuerzas descendentes y ascendentes se sitúa en la unión de estos brazos de palanca, es decir, a nivel de las articulaciones sacroilíacas. Para ser más precisos, se puede observar que una parte de estas fuerzas descendentes o ascendentes se transmite a través de la sínfisis púbica que, además de su papel de amortiguador, es también el lugar donde se realizan pequeños movimientos de ajuste de la pelvis. Este esquema tomado del Doctor KAPANDJI nos muestra claramente las líneas de fuerzas y, por lo tanto, las trabéculas óseas que se pueden distinguir a nivel de la pelvis.
Además, el centro de gravedad del cuerpo se sitúa justo delante del medio de estas dos articulaciones sacroilíacas, lo que indica que estas articulaciones representan el lugar donde convergen todas las fuerzas gravitatorias. Esto explica por qué las sacroilíacas son objeto de una atención especial por parte del médico osteópata.
Autor:
El Doctor Guy DUPIELLET, médico, se graduó en la Facultad de Medicina de Cochin en París en 1974 y luego de tres años de estudios en osteopatía estructural de tradición americano-anglosajona, exclusivamente para médicos obtuvo el diploma de especialista en MEDICINA MANUAL-OSTEOPATÍA en 1984 en la Facultad de Medicina de Bobigny (París XIII), que en ese momento era la única que lo otorgaba.