Ante la multitud de nuevas y probablemente interesantes teorías osteopáticas, nos ha parecido necesario recordar los fundamentos biomecánicos y anatómicos iniciales de la osteopatía estructural, tanto desde un punto de vista conceptual como también en sus aplicaciones fisiopatológicas, diagnósticas y terapéuticas, que son inseparables.
Queremos hablar de esa osteopatía que nos fue transmitida por Still, Lovett, Fryette, Downing, Korr y otros eminentes osteópatas, anatomistas y fisiólogos norteamericanos desde finales del siglo XIX y, sobre todo, en los primeros años del siglo XX.
Ciertamente, muchas de estas nociones necesitaban ser, en cierta medida, actualizadas a la luz de los recientes avances tecnológicos, pero el trabajo de investigación de la época fue notable y, aún hoy, ¡las leyes mecánicas que estos «antiguos» establecieron sobre la columna vertebral y sus disfunciones están vigentes!
Estos primeros y últimos investigadores dieron su carta de nobleza a la osteopatía y la convirtieron en una disciplina complementaria a la medicina tradicional.
Esta medicina complementaria no es una filosofía, desarrolla conceptos que giran en torno a dos nociones fundamentales que son la estructura anatómica y la función. Estas dos nociones están íntimamente ligadas.
La estructura determina la función; si esta estructura presenta alguna alteración anatómica, la función se ve forzosamente perturbada.
A la inversa, la función puede estar perturbada sin que haya, especialmente al inicio, una alteración de la estructura.
En el primer caso, esto explica que la patología no puede normalizarse, pero si mejorarse: por ejemplo, mediante la desaparición o atenuación de los dolores.
Si no hay alteración de la estructura anatómica, la función puede recuperar la normalidad.
Así, como en todas las disciplinas médicas, la osteopatía busca las alteraciones estructurales y sus disfunciones consecuentes, pero sobre todo busca detectar las disfunciones cuando no hay alteraciones estructurales; lo que comúnmente llamamos patologías funcionales en la medicina tradicional.
En general, la osteopatía busca perturbaciones en la movilidad tisular, por lo que esta disciplina se interesa en primer lugar por el aparato musculoesquelético, pero también por las vísceras, para las cuales la medicina tradicional describe numerosas patologías funcionales